Cásate y sé idiota

No soy nada favorable a la institución del matrimonio. Cada vez más me parece ilógico que dos personas tengan que firmar un papel que selle su amor, que se prometan amor eterno, que se gasten una pasta en vestidos y el evento. He ido a varias bodas ( por favor, desde aquí pido que nadie me invite nunca más a una, ya no soporto tanta tradición patriarcal) y esa es la prueba final que una necesita para darse cuenta de lo tonto que es todo esto: siendo incluso bodas civiles, el juez o jueza siempre dice «y recordad que el matrimonio es igualdad, no significa que uno esté por encima del otro». Excusatio non petita. Es absurdo. Es una forma que tiene esta sociedad cuadriculada de poner grado al amor. Si te casas te quieres más y tienes más compromiso con la otra persona. ¡¡ Anda ya!! Son como, decía El Principito, adultos que necesitan saber cuánto valen las cosas para ponerle un valor.

Y apareció ese libro, maravilloso libro, Cásate y sé sumisa. Pero no os rasguéis las vestiduras porque la explicación es bien lógica: «Y, entre nosotras, podemos decirlo: debajo siempre se coloca el que es más
sólido y resistente, porque quien está debajo sostiene el mundo» Ya estoy más tranquila. Porque la mujer es quien está debajo, como unos sólidos bloques de hormigón armado que puede soportar tifones y tempestas. Es la base de la familia, la base que va a aguantar lo que sea que suceda. Y se supone que esto ha de ser algo bueno para las mujeres casadas. Claro que sí.

He estado leyendo cosas del libro en Internet, tanto en páginas católica como en laicas, y de verdad, la pena se extiende en el resumen de un libro así. Qué pena que el gobierno no pueda (o no quiera) hacer nada contra esto. De qué sirve que se luche contra la violencia de género si se puede publicar en España un libro que hable de sumisión. ¿ Sumisión? Yo no soy sumisa a nadie y menos en la pareja. ¿ De dónde se saca que la mujer deba ser sumisa a su marido? ¿ En qué cabeza enferma cabe que un ser humano ha de deber obedencia a otro ser humano? Muy penoso.untitled

Mucha gente me dice que me case incluso ha puesto en duda que yo quiera a mi pareja porque no quiero pasar por el altar. Como comprenderéis a mí me entra por una oreja y me sale por la otra. Pero lo triste ya no es este libro, lo triste es que en mi experiencia, excepto un par de parejas casadas que conozco, el resto son todas cortadas por el mismo patrón del matrimonio tradicional. Gente de mi edad, un poco mayor que yo, no importa. La gente te vende la moto de que sigas la tradición porque el amor es ese compromiso, no entienden otras formas de vidas, libres y plenas, sin pasar por firmas. Ellos te dicen que no, que los matrimonios de hoy no son como los de antes, pero se engañan. Veo a mujeres presionadas por maridos antiguos que les exigen tener bien las tareas del hogar, mujeres que viven a su sombra, bajo su presión. Veo a maridos ninguneados por esposas que se creen que lo contrario al machismo es ser una hitler con un marido al que no sé si aman o es que buscaban tener un esclavo a su servicio.

Me da igual. La gente que conozco se casa y se convierte en Mercedes y Antonio de Cuéntame. Y es así. Ellos no lo ven porque se engañan, se creen que eso es lo normal y lo que hay que hacer, pero no. Hay vida más allá del matrimonio. No lo dudéis.

Y para los más curiosos, sí, hay versión masculina y no gracias, no quiero que des la vida por mí.

6 comentarios en “Cásate y sé idiota

  1. Yo pienso como Elisaebt: la que quiera casarse que lo haga y la que no, pues no. Sea cual sea la decisión, si se toma desde la libertad, la igualdad y el respeto mutuo, no puede ser incorrecta. Conozco a parejas, donde ninguno es más que el otro, que se han casado por lo civil, otras que se han casado por la Iglesia y otras que no se han casado ni se lo plantean, y ninguno está subyugado al otro. Por lo visto, has tenido la mala suerte de que las parejas que conoces, en cuanto se han casado se han convertido en el matrimonio de “Cuéntame”, pero no creo que esa transformación se operase por firmar un papel, seguramente ya eran así antes de casarse…
    Una cosa es lo que plantea el libro (que vaya tela marinera, parece mentira que se escriban cosas así aún…) y otra cosa es extender el “no casarse” a todo el conjunto de mujeres como si con eso fuéramos a ser más libres. Nuestra lucha es poder decidir si queremos casarnos o no sin coacción, sin miedo, con libertad, desde el respeto. A ver si ahora de la presión del “cásate” vamos a pasar a la de “no te cases”… ¡Que cada una haga lo que le dé la gana! Lo importante es ser libre para, de todas las opciones, escoger la que realmente queramos.
    En cuanto al tema del “negocio” de las bodas, estoy de acuerdo con Nuredduna. Si decides casarte y celebrar una fiesta, no puedes imponer una cifra de dinero a los invitados. El que quiera hacer un regalo, que lo haga, en la medida de lo que cada uno pueda, y el que no quiera o no pueda, pues nada. No me parece bien obligar a nadie a pagarte la historia… Si tú decides hacer la fiesta, es tú problema, no del que invitas, que para eso es un “invitado”. ¡Saludos!

  2. Pues oye, yo pienso que quién se quiera casar, que se case, y la que no, pues no. Lo importante para mí es que cada una de nosotras ELIJA que es lo que quiere hacer en su vida, y a partir de aquí, que sea responsable de las consecuencias de su elección.
    Y del matrimonio… pues no sé, yo no estoy casada (me encantaría, de hecho), pero seguro que si ya tienes una relación desigual de novios, el matrimonio no cambia nada, de la misma manera que si tienes una relación igualitaria, la cosa no se deforma cuando firmas en el juzgado.

  3. Se me olvidaba las parejas que se casan para «hacer negocio», montan una fiesta y esperan que los «regalos» permitan cubrir los gastos y de paso pagarles el viaje o algún capricho. Se supone que cuando te «invitan» a una boda tienes que regalar un poco más de lo que cuesta el cubierto. Dos veranos sin vacaciones por culpa de las bodas… espero que nadie más se case.

  4. Lo de las bodas es para que hagas un post.Es un mundo a parte, que si lo empiezas a analizar de manera racional te das cuenta del cúmulo de absurdos que reune. Sé de lo que hablo, entre los 16 y 23 fui a 14 bodas y en los últimos 2 años a 6, por lo tanto podría hacer un libro. Aunque la peor fue la que me tocó más de cerca (mi hermano), el estado de nervios de toda la familia era tan bestia que agradecí que me hubiera quedado una asignatura de la uni para septiembre porque así podía huir a la biblioteca. Después de todas estas experiencias…no entiendo porqué mucha gente se casa, es un follón de tres pares de narices en que te gastas un pastón en cosas absurdas para acabar con un album de recuerdos y un vestido carísimo que no vas a volver a usar. Es una acto social que se hace de cara a la galería y te aseguro que la «galería» siempre encontrará motivos para criticar. Además no veo la diferencia entre convivir con papel o sin papel firmado de por medio, a no ser que sea para temas administrativos pràcticos (hay gente que se casa para evitarse marrones si tienen hijos en común).

  5. «De qué sirve que se luche contra la violencia de género si se puede publicar en España un libro que hable de sumisión.» Dado que estos son unos fachas mayúsculos, bastante que no haya que pedir permiso al marido para tener pasaporte o cuenta corriente. Aunque al tiempo, espératelos.

    1. Si fuera por ellos nos tendrían con la pata quebrada en la cama, no lo dudes. Pero me ha llamado siempre mucho la atención esa puntilla de los jueces de paz, de que el matrimonio es igualdad, es que es muuuuy fuerte que te digan eso, si lo dicen es porque en las mentes de muchos está que el matrimonio es desigualdad. Bueno, te acuerdas que al principio del PP se habló mucho de que la mujer que querían hacer era volver a la de antes!!!???

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