Hablemos del bolso masculino

Hablemos de moda. Rocemos el límite de los superficial para adentrarnos en un tema, aparentemente menor, pero profundamente desigual. Desde el famoso “los hombres no lloran” hasta cualquier tópico de machitos que os podáis imaginar, tenemos grabada a fuego la imagen ideal del hombre occidental: un señor que no cruza ni un ápice la línea hacia lo “femenino” no sea que le salga pluma. Hace años, alguien comenzó a popularizar el rosa en la ropa masculina (polos, camisetas, bermudas) y aún hay muchos que se niegan a ponerse nada de ese color por ser algo “de chicas”. Pero la moda avanza y ya sea por romper barreras o por hacer más caja, ahora, algunos valientes se han lanzado a la calle con bolso. Ha nacido el bolso masculino. Te esperábamos.

La revista S moda dedicaba en su versión en papel un artículo a este complemento subtitulándolo: ¿objeto de mofa o de culto? y nos explicaba que más allá de la burla, el bolso se ha convertido en un toda una sorpresa en la industria del lujo.

¿Por qué es un tema desigual? Las mujeres me comprenderán: ¿cuántas veces algún hombre os ha pedido que le llevéis en vuestro bolso alguna cosa? Al margen de que lo hayáis hecho o no, me juego lo que queráis a que alguna vez os lo han pedido. Es inútil contestar: lleva tu propio bolso. Inútil porque ellos siempre contestas “el bolso es cosa de mujeres”. Así que nos hemos visto cargadas durante años con cosas de los hombres porque ellos no podían llevar un bolsito no sea que se volvieran mariquitas. La mujer, esa gran mula de carga.

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No es de extrañar esta asociación en la cabeza de los machitos: le bolso masculino en nuestro país se ha llamado siempre mariconera y no logro imaginar por qué (permitidme la ironía). El hombre no lleva bolso porque es de maricones pero carga a la mujer con sus trastos por ir él cómodo, aprovechando que la mujer no se queja de nada y no le importa ir más pesada y cargada.

Quizá no sea este uno de los temas candentes del feminismo pero seguro que no hay mujer que no se hay quejado. Así que ni que sea por ese micro machismo de toda la vida, la mujer-mula, aplaudamos al bolso masculino. Apoyemos que los hombres no tengan vergüenza ni prejuicios a la hora de usar un complemento hasta ahora reservado a las mujeres. Aplaudamos a quienes lo usan, a quienes salen de casa luciendo uno y no tengan miedo a crear dudas sobre su masculinidad.