El vestido de la Pedroche y otros cuentos

Estábamos en casa antes de las uvas y mi tía me preguntó si yo creía que Anne Igartiburu tenía frío. Me la quedé mirando y contesté: tiene tan tiesos los pezones que podría cortar el hielo.

Y era cierto. Su pose rígida, su cara de pasmo en los silencios, estaba tiesa como una vara. Casi tiritaba. Mientras a su lado, un descansado Ramón García con una capa que ya la quería Igartiburu para ella, ni se percataba de las bajas temperaturas. Ahí estaban los dos, un ejemplo más que sumar a la lista de que la mujer ha de enseñar carne y que su belleza y figura ha de estar por encima de todo. Eso que dicen que si quieres presumir has de sufrir.

La palabra es: innecesario
La palabra es: innecesario

Al día siguiente leí en todos los sitios sobre el vestido de llevó Cristina Pedroche en la Sexta. La Sexta es esa cadena que va de progre y de igualitaria y un montón de ideas súper guays, pero que tiene a todas sus presentadores de informativos guapas y delgadas y que no has visto tú una gorda ni una fea, ni nada parecido a un Miky Nadal pero en chica o nada similar al Gran Wyoming pero en chica. Les gusta mucho enseñar tetas y poner a presentadoras buenorras sea donde sea, porque son progres pero les gusta más el culamen que a un tonto un lápiz. Así que repitieron: ella con unas transparencias innecesarias y él bien vestido.

¿Qué raro, no? En dos cadenas se repite el guion. ¿Se habrán llamado para quedar? Lo dudo. Es la moda patriarcal más en voga que nunca oiga. Es la necesidad absoluta de enseñar el cuerpo de la mujer, sea como sea, cuando sea, caiga quien caiga. La mujer está ahí para ser mostrada, ha de lucir, ha de ser resplandeciente, complaciente al ojo del varón que la mira con deseo pero que niega cualquier implicación tras la socorrida: si se lo pone es porque quiere. Ellos, que desde su sofá de comodidad no se han visto nunca cuestionados por su físico y que no han temido perder un trabajo si no cumplen algunas condiciones sexistas.

El problema del vestido de la Pedroche es que no es necesario. Quizá sea esta una gran idea más revolucionaria que la revolución en sí, pero LAS MUJERES NO NECESITAMOS ENSEÑAR NUESTRO CUERPO CONSTANTEMENTE. NUESTRA PROFESIONALIDAD PUEDE DEMOSTRARSE SIN QUE ENSEÑEMOS LAS BRAGAS. Señora Pedroche, enseñe las bragas si quiere, pero no piense que eso es necesario. Aunque si su valía es sólo enseñar las bragas, deje los medios de comunicación para personas más cualificadas.

En cuanto a la Igartiburu, lo mismo le digo señora. Que usted ya es un icono vivo de la televisión de este país: ¿no puede pedir una capita como la de su compañero? Aunque no iba desnuda, su frío era contagioso. Probablemente sea difícil, pero quizá compense enseñar un poco menos pero estar más calentita. Eso, ya lo verá usted el año que viene, donde estará religiosamente anclada a las campanadas de 2016.

Hasta entonces, espero que no se constipen ninguna de las dos.

25 años de Los Simpson… y de Marge Simpson

Cuando comencé a ver Los Simpson aún los daban en la 2 de Televisión Española. No suelo recordar cosas de la tele con tanta precisión de mis años de infancia, pero quizá fue que me gustaron tanto desde el principio que me acuerdo de todos los detalles. Tenía yo entonces la edad que Lisa lleva viviendo desde que nos conocimos. Creo que he visto todos los capítulos más de mil veces y cuando digo mil quizá exagere pero no me alejo demasiado de la realidad: llevan años en Antena 3 (televisión española) pasándolos a las 2 de la tarde y para colmo, desde hace otros tantos, cada noche en Neox (otra televisión del grupo de Antena 3) a las 9. A veces dan tres seguidos. Así que si hacemos cuentas, lo más probable es que vaya camino de las mil veces. Me los sé de memoria. Me sé los diálogos, las coletillas y una vez aposté a que me acordaba de más de cien capítulos… en la lista aparecieron más de 300 y van por 500, así que no está nada mal.

Así que hablo con conocimiento de causa cuando me planteo la evolución que la madre amantísima de la familia, Marge Simpson, ha sufrido con el tiempo.

margeCuando Marge llega a nuestras vidas vive la emocionante época de los ochenta. Tuvo a sus hijos en 1982, 1984 y en 1989 tenía un bebé de meses. Fue adolescente entre los 70 y los 80 y sus primeros pinitos con el feminismo los vivió quemando sujetadores en el instituto y formando un foro de debate. Pero este caldo de cultivo no pasó de ahí: feminista convencida en los primeros años de la serie, pronto lo deja todo por casarse y tener hijos. En aquellos tiempos a las espectadoras eso no nos importaba, bien porque éramos lo suficientemente pequeñas para no darnos cuenta o porque aún estaba bien visto dejarlo todo por un hombre. Marge es feminista pero pronto se enrola en un papel que muchas veces la saca de quicio: lo vemos en el capítulo en que le da un ataque de ira en mitad del puente y se atrinchera en el coche, en el que se queda calva y requiere una canguro para los niños, en el que se suma a la función de Un tranvía llamado deseo, o en el que se escapa con Ruth Powers, su vecina divorciada, con quien acaba viviendo una aventura similar a la de Telma y Louise. Parecen divertidos sus arranques de rebeldía.

Marge es entonces una mujer enamorada que es feliz en su papel pero que de vez en cuando quiere salir al mundo y tener algo de acción. No sé qué tenían en mente los guionistas respecto a su psicología pero Marge es una mujer que pasa de ser feminista activa a vivir una insulsa vida de casada que es vista negativamente por su hija mayor. Lisa le echa en cara a veces su entrega a la familia (en el capítulo en que Lisa, según un test del colegio, está hecha para ser ama de casa) y tienen unas conversaciones que recuerdan a veces a las de Mafalda con su madre.

Con el paso del tiempo el personaje de Marge muta. A finales de los 90 su

Además, no conserva su apellido de soltera y coge el de su marido, algo muy poco feminista, como recuerda Lisa
Además, no conserva su apellido de soltera y coge el de su marido, algo muy poco feminista, como recuerda Lisa

papel ha olvidado los inicios y es más una mujer entregada, que sin pensar demasiado, deja de lado todo lo que tenga relación con el feminismo y vive como puede. Son capítulos en los que las tramas de la familia versan hacia fuera y no hacia ellos mismos, con lo que el foco feminista se disipa. Pero llegados los 2000 y con su avance, Marge comienza a hacer cosas impropias de una feminista. En lugar de salir a trabajar y formarse, en muchos capítulos echa en cara a su marido de que se busque mejores empleos incluso le reprocha en uno no darle a su familia un techo en el que vivir. De repente Marge es insoportable: en lugar de convertirla en una mujer de su tiempo, Marge se conforma con ser una cascarrabias que no recuerda nada de su pasado feminista y que pone sobre los hombros de su marido el mantener a la familia. Eso sí, a veces tiene momentos de lucidez como cuando le dice a su hija que no deje todo por un hombre, que se arrepiente de haber dejado sus estudios. Pero lejos de demostrar interés por ser una mujer más independiente, se conforma con que su hija no siga su camino aunque sea consciente de que no es un buen ejemplo. Son sólo pequeñas escenas de una vida que dejó de ser lo que es.

Mientras el resto de personajes han ido explotando hacia el histrionismo la personalidad que tuvieron al nacer, Marge hace una involución que la convierte casi en irreconocible. ¿Será el único que lo haya necesitado? El papel de la mujer ha cambiado en las últimas dos décadas: si a principios de los 90 era deseable y divertido el papel de madre entregado a una familia de cinco miembros, ahora sus connotaciones no son las mismas. Así que encajar a Marge les ha debido de parecer difícil o por lo contrario, olvidar su pasado feminista la haya hecho más agradable para el público, que en lugar de una madre de familia combativa la prefería ver como una madre controladora que se queja de todo y olvidó el feminismo como quien deja un céntimo en un bar. Es algo que no me queda claro. Aunque también haya quien lo vea como un cambio de una mujer más sumisa a una mujer más fuerte, para mí es todo lo contrario: ha pasado de ser una mujer feminista, a alguien que sin pensar se metió a madre de familia numerosa creyendo que así sería feliz para dar con una personalidad estrambótica en los 2000 de mujer aparentemente fuerte pero que sigue siendo una dependiente del dinero del marido.

Eso sí, sin olvidar, que sólo son dibujos animados que han visto evolucionar toda una generación.

 

Masters of Sex

Reconozco que soy un poco enamoradiza. Veo algo que me gusta y de repente mi mente imaginativa se vuelca en ello como si no existiera nada más en el mundo. Pues con Masters of Sex me ha pasado algo así. Me he enamorado, por completo.

Para quien no la haya visto, es una serie que narra la vida de William Masters y Virginia Johnson, dos médicos pioneros en descubrir cómo funciona el cuerpo durante el sexo, el orgasmo, amén de cómo curar la impotencia y en resumen, de traer el sexo a la ciencia y de naturalizarlo para la sociedad. Para ello necesitaron años de estudio, años de paciencia y sobre todo, mantener una mente abierta y luchar contra el estigma que el sexo llevaba a cuestas. El tema es brutal.

Por sus capítulos van dejándose ver muchas teorías y creencias que la gente tenía sobre el sexo que para una espectadora del siglo XXI resultan muy difíciles de creer. Es entonces donde te das cuenta que la dedicación de este tipo de personas valió mucho la pena.

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Las mujeres sabemos que el clítoris, el único órgano en el cuerpo humano cuya función es exclusivamente para dar placer, es la llave que abre la puerta al orgasmo. O lo que es lo mismo, que no necesitamos al hombre para tener un orgasmo porque en la vagina no tenemos esas terminaciones nerviosas. En la serie española La que se avecina (conservadora donde las haya) una vez dijo uno de los personajes: la mujer sin el pene no puede tener orgasmos. Lo dice para hacer reír porque es una persona conversadora pero me juego lo que queráis a que en España hay más de uno y más de dos que aún lo creen. En Masters of Sex esa es una de las demostraciones más importantes: la vagina no lleva al orgasmo, es el clítoris exclusivamente, por lo cual, no es necesario el hombre.

Qué gran idea. El hombre deja de ser necesario y las mujeres empiezan a creer que un orgasmo puede ser posible sólo con sus dedos. Con las creencias antiguas era imposible pues a menos que utilizases una hortaliza, ya me dirás cómo tenías un orgasmo por la vagina. Pero esta información es peligrosa pues la mujer tiene una libertad hasta entonces negada. Bravo y mil veces bravo.

A colación de esto, me sorprendió una de las teorías que dicen en la serie sobre el sexo y Freud. Yo estudié Freud, pero en la vertiente social (“El malestar de la cultura” es un libro muy interesante) pero nunca en la sexual. Explican que él, sin utilizar ningún método científico, llegó la conclusión que había dos orgasmos en la mujer: uno el inmaduro, producido en el clítoris y que se da en mujeres jóvenes, y el orgasmo adulto, que se da cuando te casas. O sea que según Freud, cuando eres joven tienes orgasmos por el clítoris, porque eres inmadura, pero que llegas a una edad en la que las terminaciones nerviosas se van del clítoris a la vagina en un viaje por el cuerpo que nunca demostró, y pasa a tener orgasmos vaginales, que sólo se consiguen con un pene. Esto sucede con la edad de casarse (la edad antigua de casarse, se comprende).

Resultan tan ingenuas estas ideas. Porque ya me diréis qué conoce el cuerpo de que a cierta edad te casas y te juntas con un pene. El cuerpo es sabio pero no tanto como para adivinar cómo iba a ser usado culturalmente.

Si os animáis a ver la serie no os defraudará. La relación de los dos protagonistas me ha puesto el corazón en un puño muchas veces, yo, tan amante de los amores imposibles, de esas historias al margen de lo convencional, me he puesto las botas con estos dos. Quizá también tenga que ver que llevo toda la vida enamorada de Michael Sheen, el protagonista. Eso ayuda. Pero a vosotras y vosotros también os encandilarán los dos, tanto él como la chica. Vale la pena verla por varias razones pero la principal es ver cómo una gran idea, a pesar de que el mundo esté en su contra, puede encontrar, con coraje y valor, los canales para que el mundo se beneficie de ella. Y hacer un pequeño hincapié en el personaje femenino: Virginia Johnson, una mujer muy adelantada a su época, con una mente abierta, con ganas de trabajar, de superarse, de cambiar el mundo. Todo un referente. De verdad, no os la perdáis.

 

Incapacidades políticas

Elecciones Europeas. Esas que son para no sé qué, en no sé dónde, pero que los que van allá se lo llevan calentito y son como unas vacaciones hiper bien pagadas y qué sé yo, la vida padre. Más o menos en España esta es la impresión que la gente tiene del Parlamento Europeo, eso que nos queda tan lejos a los españoles, porque no nos engañemos, Europa empieza en los Pirineos.

Bueno, pues en estas estamos. El domingo que viene elecciones europeas y los candidatos españoles están haciendo campaña como locos. O lo que es lo mismo: se están poniendo hasta el culo porque en la tele sólo salen comiendo en mercados y demás pecados relacionados con la gula. Y es que los pobres están muy nerviosos: tanto PP y PSOE se temen una debacle de votos en sus candidaturas ante esta dispersión del voto que por fin empieza a resurgir en España. Los nuevos partidos les pisan terreno y prefieren que la gente no vote a que voten en masa y no les voten a ellos. Todo muy democrático, no se crea usted.

La cosa está en que esta semana hubo cara a cara entre los dos principales candidatos de los dos principales partidos. Esto lo cuento para que nos comprendan mis amigas y amigos que me leen desde Sudamérica, que sé que son muchas y muchos y a los que les envío un fuerte abrazo. Pues bien estos son el señor del PP (más a la derecha que el agua fría del grifo), señor Cañete, y la señora del PSOE (una cosa similar a la izquierda). Se ve que el debate no interesó a nadie (yo incluída) y que además fue muy sosito. Que si tú, que si yo, que si manzanas traigo, que es lo que hacen cada vez que se juntan: que si tú eres esto, que si tú eres lo otro, que es algo así como un patio del colegio (y sé de lo que me hablo).

Y como se ve que no hubo suficiente, el señor Cañete, en una entrevista posterior, ha dicho (y cito textualmente): “fui benévolo con Valenciano para no parecer machista”. Y es que según él, durante el debate no quiso forzar intelectualmente a la mujer porque “demostrar superioridad intelectual puede parecer machista”.

Muy bien. Con dos cojones. Se queda tan ancho. Pero en el pecado va la penitencia señor Cañete. No sólo ha quedado usted como un machista de pies a cabeza con esta frase, sino que ha reconocido su inferioridad intelectual ante su rival: haber dicho lo que tenía que decir (si es que tiene algo que decir), haberlo defendido, haber sido un hombre y un político y haber hecho lo que había ido a hacer que era debatir. Pero no, es más fácil criticar por adelantado para justificar su incapacidad ante el adversario. Es más cobarde esconderse en que debatir con una mujer es algo inútil y que no se va ni a mover un dedo por enfrentarse a una fémina.

¿Y qué va a votar España? Espero que la gente reflexione...
¿Y qué va a votar España? Espero que la gente reflexione…

Ha quedado a la altura del betún, se ha retratado a si mismo sin que nadie le haya pedido que lo hiciera. Ha hecho flaco favor a su candidatura y a su persona. No supo estar a la altura y si no lo supo, no culpe a nadie. Que yo sepa las mujeres en España llevan mucho tiempo siendo políticas y nadie antes se había planteado que acorralar a una mujer en un debate sea machista. Acorralar a alguien en un debate es demostrar más interés por su causa, es demostrar inteligencia, es demostrar aplomo y capacidad de expresión, no machismo. Porque al margen del sexo, hombres y mujeres tienen la misma capacidad craneal, misma capacidad intelectual, un cerebro que funciona igual y unas cuerdas vocales que pronuncian los mismos sonidos. Así que no achaque a un supuesto machismo lo que usted no ha sabido defender.

Chilla si eres gilipollas: el anuncio de Bimanán

Yo a veces pienso: poco a poco iremos mejorando. Poco a poco el ser humano se dará cuenta de cómo ha tratado siempre a la mujer. O pienso: las mujeres saldremos a un mejor futuro, sin tópicos, sin trabas, sin parecer imbéciles…

Bueno, como siempre, me equivoco. Me equivoco de todas todas. Sino, Bimanán no haría este anuncio que ahora mismo están pasando por las televisiones españolas:

Sí, las mujeres estamos locas por casarnos.

Sí, las mujeres vivimos a dieta constante.

Sí, las mujeres somos imbéciles.

Sí, chillamos como gansos ante en compromiso matrimonial.

Sí, nos mataríamos de hambre por caber en un vestido.

Sí, somos primarias y vivimos para pescar marido.

Sí, sustituimos dos comidas por tres mierdas de barras integrales.

Que sí, que habéis dado en el clavo.

Iros a la mierda con vuestra publicidad….

 

Lo mejor de que te violen

La semana pasada, en el programa matinal de Espejo Público, en Antena 3 (España) salió una mujer explicando que su padre le había violado cuando era pequeña. La mujer rondaría los 40 años (creo) y sufrió abusos durante años, tanto ella como sus hermanas. En su caso, estas agresiones acabaron en embarazo. La mujer estaba en el programa porque había salido la sentencia que condenaba a su «padre» a nueve años de cárcel. Una historia que pone los pelos de punta. Una mujer rota, destrozada, una mujer con una cara de sufrimiento inmensa. Una de esas cosas que no debería pasar en la vida. Una mujer con un hijo que no le habla, con una relación muy difícil a raíz de las grandes tensiones que esta situación ha causado en la familia. Lo más sórdido de la sociedad española en un horror espantoso. Pero a todo esto, hay quien le ve su parte buena.

Uno de los allí sentados, le vamos a llamar «hombre» aunque yo le llamaría escoria patriarcal. Ese hombre le dice a la señora que al menos su padre le dejó algo bueno; le dejó a su hijo.

No me lo podía creer. Aquel hombre había dicho que lo bueno de que tu padre biológico abuse de ti desde la infancia hasta la adolescencia es que te deje embarazada de un bebé no deseado, fruto de una violación e incesto, todo en uno, sin medios para criarlo, con un trauma espantoso para toda la vida de una situación agónica, vegativa, para una mujer que no sólo va a cargar toda su vida con la cruz de un recuerdo tan espantoso, sino que además, ha de cuidar y criar a un bebé, que cargará con él siempre.

Voy a empezar a llamarle escoria ya. Porque no me aguanto.

Tú tranquila, que si te violan te irá muy bien si te preñan, que eso es lo bueno que te dejan: un bebé no deseado de alguien que te trató como una mierda. Pero eso es bueno... mujer....
Tú tranquila, que si te violan te irá muy bien si te preñan, que eso es lo bueno que te dejan: un bebé no deseado de alguien que te trató como una mierda. Pero eso es bueno… mujer….

Esa escoria sentada en el programa le dice a una mujer que al menos le ha dejado algo bueno: un hijo. A ver, pedazo de imbécil: ¿de verdad crees que es algo bueno que una mujer tenga un hijo de su padre? ¿Me puedes decir dónde está lo bueno? ¡¡Oh me violó mi padre, pero menos mal que me preño!! Mira que si la llega a violar para no darle nada bueno. Es que menudo inconsciente, la viola y no la preña y vamos, qué desconsideración!!!!!

Ya sé que para el imaginativo de este país de escorias machistas el embarazo es lo mejor en la vida de la mujer: es para lo que ha nacido y aunque sea fruto de la violación de su padre ha de quererlo y verlo como algo bueno, porque como mujer es lo que desea: ser madre. Sea como sea, con quien sea, su preñez es lo primero, es genial que te embarace quien sea, porque a fin de cuentas eres mujer y tu deseo de ser madre está por encima de la dignidad de se persona.

Si por la mente de alguien pasa la idea de que un bebé nacido de una violación es algo bueno para una mujer, mejor que ese alguien se vaya a Afganistán, allí se sentirá entre semejantes. No tienen ni idea los hombres de lo que el embarazo puede significar para una mujer. La cantidad de cambios físicos, de hormonas, a parte de una vida dedicada a otra persona que depende de ti y que va a chupar toda tu energía y recursos. Pero como eso es para lo que estamos programadas, no importa en absoluto que sea de una violación. ¿O no?

violacionMira, escoria: si algún día violan a una hija tuya y la preñan, ya iré yo a decirte que al menos le han dejado algo bueno, a ver cómo sienta.

No sé qué se pasa por la cabeza de estos machistas: bueno, sí lo sé: que la mujer es una madre, que ha de ser madre a toda costa, como sea. Que si es madre ya lo peor  se olvidará, que no importará. Somos hornos microondas al servicio del sistema patriarcal que nos ha encasillado en un papel tan destacado como el de madre amantísima. Y con eso nos toca lidiar. Con mentes tan pequeñas que son capaces de decirle a una violada por su padre, que al menos, le dejó algo bueno.

 

A mí no me hace ni puta gracia

Leo con estupor un reportaje de SModa sobre el humor en este nuestro país (España). Pero deberíamos puntualizar que no es sobre el humor, sino sobre le humor hecho por hombres. Hombres que hacen humor, sólo hombres, porque las mujeres no hacemos gracia, se conoce. Habla del humor en España, de ese humor que sólo hacen los hombres y que por extensión, nos hace gracia a todos y todas. Se conoce que el humor que hacen las mujeres 1) no está reconocido 2) no importa al grueso de los lectores y lectoras 3) no está a la altura de los masculinos. Porque como todos sabemos, lo que hacen los hombres importa a todo el mundo pero lo que hacen las mujeres sólo importa a las mujeres.

Total, que en España no hay mujeres que hacen humor. O al menos no hay mujeres que estén a la altura de los señores de SModa. Las entrevistas son muy interesantes. Sólo arrojan información de una parte sesgada de la población o sea, sólo se habla de la mitad de la gente que hace humor en España con lo cual, es interesante hasta la mitad de lo que algo puede llegar a ser interesante. La parte en la que hablan de que si la risa les ha hecho lligar más o menos es la que más risa me ha dado a mí.

De ese trozo se desprende una idea que hace mucho tiempo se me pasa por la cabeza. La idea de que algunos hombres, feos todos, necesiten del humor para llamar la atención del sexo femenino. El humor como baza para suplir otras carencias a la hora de ligar. Eso está muy bien, es muy lícito que todos y todas busquemos una forma de conseguir gustar. Pero en ese razonamiento yo quiero ir más allá.

ElClubdelaComedia

El hombre feo hace humor. Al hombre guapo o atractivo su pura naturaleza le basta para ligar. El humor es cosa de gente fea. ¿ Es eso? ¿ Son los feos los que hacen humor? Feos, gordos, qué más da. El humor es cosa de gente poco agraciada. ¿ Y el humor es cosa de mujeres feas? Puede ser. Por esa regla de tres, ¿ no? El humor no entiende de hombres y mujeres, el humor está en las personas independientemente de su sexo. El humor nos pertenece a todos y todas. A las mujeres también. Y a las feas, también. Pero las mujeres feas no salen en la tele. Las mujeres feas no son bonitas de ver.

Un hombre calvo, con barba de setenta días, con una barriga descomunal y una ropa poco favorecedora tiene licencia total para hacer humor, salir en la tele, que le hagan un reportaje y muchas más cosas. Pero una mujer gorda, mal peinada, con desaliño, esa no, no tiene cabida. No la sacan en la tele, no la sacan en las revistas. La mujer fea y gorda, pero con la que te reirías hasta más no poder, sólo hace chistes en su casa.

En el humor hay ridículo. Al menos en el humor que se hace hoy en día. El ridículo es algo a lo que la mujer no está dispuesta a exponerse o no está bien que se exponga. La mujer ha de ser guapa, guardar unas formas y no puede decir ni cagar, ni hostia puta, ni joder, ni pedo, ni rascarse en público. Podría hacer una lista interminable de cosas. La mujer no puede decir cosas feas, cosas de esas soeces que a una mujer «es que no le pega». Una señora no es deseable si se expone a hacer el ridículo. Una mujer gorda, por muy graciosa que sea siempre será vista por el público como una mujer gorda. En cambio el hombre, gordo o lo que sea, será visto como un humorista.

El humor con la mujer no se lleva bien. Pero no creo que sea algo de nuestro sexo, sino algo de la sociedad. Sea quien sea quien decida quien sale en la tele o no, las mujeres no salen en los programas de humor. Es mejor ver a Amaia Salamanca en El Club de la Comedia, con esa gracia tan poca gracia que tiene, que quizá a esa promesa del humor que no es tan guapa como la señora Salamanca. Pero la señora Salamanca, a pesar de todo, no puede hacer cosas que dañen su imagen, como ser más tosca, por muy guapa que sea.

La mujer en el humor no es buena de ver. Porque la mujer, si es fea y hace humor, no tendrá cabida por ser fea. Si es guapa y hace humor, tampoco lo hará proque no está bien que una mujer haga el humor porque la imagen de la mujer pasa por muchos más filtros que la del hombre: nada de soeces, improverbios, nada que dañe la imagen de la impoluta mujer que una señora ha de ser. Digamos que el humor que la mujer puede hacer en los medios de comunicación es un humor que tiene su límite. No pasará de ahí, no pasará de esa línea de la que se supone que una mujer no ha de traspasar.

La cosa es que no hay mujeres destacadas en el humor, si no son mujeres con una personalidad demasiado destacada. ¿ A quién tenemos en España? La primera es siempre Eva Hache, quizá la mujer más conocida dentro del humor patrio. O Antonia SanJuan, insuperable. ¿Qué ejemplos más tenemos? La mujer en los programas de humor, o mujeres que se suponen hacen humor, del tipo Anna Simón, sólo hacen el papel de rubia tonta, sin gracia, que enseña tetas y ríe de forma simplona. En eso queda relegada la mujer en los programas de humor: a ese papel de florero que parece que no se va a acabar nunca.

Así que estoy convencida que las mujeres podemos hacer humor. Pero estoy convencida que hacer el ridículo, la posa desenfadada del cómico, sus palabras malsonantes o su opinión (¿por qué no? quizá no importa la opinión de una mujer en el humor) no tienen cabida en el humor.

Las mujeres no han de comer

A primera vista no se parece en nada a ninguna de las campañas o video clips de los que me he quejado desde que abrí este blog. No hay mujeres desnudas, no hay sexo, no hay a simple vista (y digo a simple vista) una posición de florero de la mujer. A simple vista.

Es un anuncio de Casa Tarradellas. Un anuncio en el que una familia cena una pizza. Hasta aquí sin ningún problema. Pero este simple anuncio esconde más de lo quiere decir. Comencemos:

La madre pone la pizza sobre la mesa (la madre es quien sirve la comida, no cocina, pero es quien da la felicidad de la comida a su familia, marido incluído) y coge un trozo. Algo sucede que se levanta de la mesa, momento que aprovechan los tres niños y el machista marido para lanzarse literalmente sobre la pizza, comiendo incluso dos trozos a dos manos. Se han puesto las botas mientras la madre sólo ha comido un trozo. Cuando ésta regresa en el plato yace el último trozo. Todos, en lugar de saber que se han portado mal y que han dejado a su madre sin cena, le ponen cara de pena para que les de a ellos el trozo.

Y aquí viene lo peor del anuncio:

  • La madre tiene mala conciencia por comerse el último trozo. Pero no importa. Que la mujer no coma es normal, es algo que aprendemos desde pequeñas: es deseable que la mujer no tenga apetito. Son los hombres y los niños los que han de comer. El anuncio nos enseña como no importa que la mujer no cene, es mejor porque así cuida la línea (que feo queda que una mujer coma) y además es una buena madre dejando la cena para unos hijos y un marido desagradecidos que le han quitado su parte de la comida.
  • Lo que ella hace es  cortar la pizza en cuatro. Repartir. Porque que la madre no hubiera comido nada o que se lo hubiera comido todo hubiera sido demasiado, reparte pequeñas porciones entre los hijos porque eso es lo que hace una buena madre, morir de hombre aunque sus hijos estén atiborrados y no hayan demostrado ningún respeto hacia su madre. También queda bien que el marido pase de todo y se comporte como un niño más.
  • El marido en un ataque de egoísmo y de poco amor a su mujer (qué de cosas enseña este anuncio) también se quiere quedar con una parte de las que la mujer ha cortado. O sea, que le da igual que su mujer se quede sin comer. Él ha de comer más sabiendo que le ha quitado la comida a la mujer. Pero ella le dice que no, que ese cuarto trozo es para ella y él pone cara de «al menos lo intenté» porque no se corta, él quiere también ese trozo.

Conclusiones:

No sólo estamos continuamente bajo el yugo de que la mujer no ha de comer, la mujer ha de reservar su apetito y comer lo menos posible, la mujer ha de poner la comida en la mesa y si no come no se enfada, sino que comparte, aunque tenga hambre, aunque sus hijos estén más que alimentados. Eso es una mujer buena: una mujer con marido e hijos que se sacrifica por los demás, porque así no come (y cuida la línea) y cuida de su familia y marido, un ser que roza lo despreciable en este spot. Por supuesto, nadie regaña a los hijos por haberse comportado con tan poca consideración hacia su madre. No importa, ella stá al servicio de ellos y eso es lo que cuenta.

Este anuncio lo tiene todo: mujer que pone la comida a la familia, mujer que no come, mujer que no regaña a sus hijos por haberse comportado tan mal, mujer que tiene marido que pasa de su cara y quiere dejarle sin comer, mujer con remordimientos por la comida cuando no debería tenerlos. Machismo conservador en estado puro.

Que la mujer no coma, que no le dejen nada, que le traten como la chacha, no importa. Porque lo que ha querido decirnos Tarradellas es que la pizza está tan buena que no importa que la mujer no coma, ¿ verdad?

Por qué adoro New Girl

Adoro esta serie. La emite Fox en Estados Unidos y España y en España también en FDF. Actualmente están a mitad de la tercera temporada y es genial. Toda la serie es genial. Es que me encanta, no hay nada que no me guste y no le tengo ningún pero.

A la cabeza está Zooey Deschanel (que interpreta a Jess), una mujer que no sólo es el alma de esta serie, sino que además canta (es la voz de She&Him) y que lleva la web HelloGiggles. Me gusta porque ha conseguido hacer una serie sin tópicos ni típicos, porque ella hace un papel de chica completamente opuesto al que estamos acostumbradas. Es una chica sincera, con buen corazón, que le gusta la moda y que es completamente adulta, tan dispersa como madura. Porque tiene una amiga guapísima y modelo y puede ser amiga de ella ( rompamos los estereotipos), porque ha tenido sexo con quien ha querido de una forma natural, se ha enamorado o se ha enrollado con quien ha deseado sin que hubiera amor. Es una chica moderna, fuera de todos los moldes que nos podamos imaginar. Y así es toda la serie.

Me gusta porque empezó viviendo ella con tres chicos, metiéndose en la vida de tres amigos que necesitan compañera de piso y que se hacen amigos de ella, dando un ejemplo brutal de que hombres y mujeres pueden ser amigos y nada más. Es una serie para chicos y para chicas, pero sobre todo, para gente sin prejuicios. Porque ni la forma de tratar el amor, ni las relaciones, ni las citas, incluso de la amistad o del sexo, se ve como en otras series. Es todo nuevo, es todo distinto. Además son capítulos de veinte minutos, rápidos de ver y muy, muy divertidos.

Es algo fresco en la televisión. Y ella también. Se declara abiertamente feminista, lo cual no sólo me gusta sino que lo aplaudo. Porque ella es de las mías, de las que nos gusta llevar vestidos y ponernos rimel y eso no nos hace menos feministas. Joder, qué poco me gustan los estereotipos. Así que disfruto con ella porque es una mujer independiente, que hace lo que quiere, que trabaja. Es una de estas mujeres que no se ven por la televisión y menos siendo la cabeza de tantos proyectos y tan divertidos.

Si buscáis algo nuevo y diferente, no os perdáis esta serie. Os encantará.

Por qué importa más un container ardiendo

One more time. El mismo titular de siempre aunque con esos matices eufemísticos que hacen del asunto algo mucho más aislado: Mujeres muertas. Una mujer ha muerto. Dos mujeres han muerto. La realidad es que han sido asesinadas pero claro, decir asesinadas es hablar de un delito y que te has muerto es que te ha dado un síncope y tú solitas has caído redonda. Aunque no es eso lo que ha sucedido.

El asesino que mata a un amigo por la calle, porque le debe dinero, el que mata a una anciana a la que acaba de robar. Son asesinos y son malos para la sociedad y hay que meterles entre rejas. Se piensa que reincidirán, porque son personas perturbadas capaces de quitarle la vida a alguien y que lo pueden hacer con otras tantas. El que mata a su esposa-novia-amante es autor de un crimen pasional y se conoce que lo de pasional resta importancia al asunto además de ser una especie de garantía de que no lo va a hacer más. Porque el que mata por robar o por lo que sea, será reincidinte y el que mata a su mujer, a parte de que es porque la quería, no se ve como una amenaza para la sociedad entera, sino para algunas personas que tengan la mala suerte de ennoviarse con él. Reducimos el número de víctimas posibles.Incidentes En Barcelona Durante La Huelga General 29 De 2012

Entonces, en España se abren los telediarios estos días con la revuelta de Gamonal. Qué gente tan mala tú!!!! Que hasta queman containers!!!! Quemar containers en España es de ser muy mala gente. Es de ser gentuza. Nadie peor que quien quema un container. ¿ Pero qué te ha hecho el container? ¿ Por qué lo prendes como una antorcha? Y te conviertes en un criminal malo, porque eres un incívico y encima, has quemado un container.

Sabemos todos los que vivimos en España que lo de Gamonal ha sido muy fuerte y que desde luego ha sido una noticia de primera plana en nuestro país, pero durante los mismo días que esta revuelta ha sucedido 7 mujeres han muerto en España por violencia machista. Esto no ha sido noticia en los diarios ni en los telediarios. Si lo buscas lo encuentras pero no esperes verlo en letras enormes. Sólo verás los containers, los bomberos de baja, no sé qué opinión de Ana Botella cuando nadie se la ha pedido. Que tu pareja te mate esto no tiene ningún mérito.

¿ Y por qué no importa? ¿ Por qué no es noticia? Pues no importa o no quiere importar porque que tu marido te mate sigue teniendo dos estigmas: uno, el de la esfera privada, lo que significa que es un problema de pareja y dos, que algo habrá hecho la mujer para que le pegue. Así que si lo sumamos nos encontramos con dos muros que hacen que esto siga viéndose como algo extraño. Algo que no importa. Es la pareja, ¿ no? ya se apañarán. Pero si quemas un container eso hará que haya que reponerlos y eso será sacar dinero de las arcas públicas, de esos impuestos que todos pagamos. Por eso es más importante un container para la opinión pública que que tu pareja te haga trizas: Porque un container lo pagamos todos y si te matan, algo habrás hecho.

Y es así.