Tampoco hemos evolucionado tanto

A parte de esos «hace tantos miles de años y no hay nada escrito al respecto» la historia de la Humanidad, qué os voy a contar que no sepamos ya, se ha escrito con ese afanado intento de menospreciar la importancia de la mujer en su mayor misterio ante los ojos de los incultos seres humanos: la maternidad.

Como me dijo una vez un tío, ellos hacen la parte fácil. Y encima se llevan los méritos: desde el clásico apellido en primer lugar del hombre, costumbre machista, denigrante, asquerosa y dictatorial donde las haya, hasta la imposición del matrimonio como medida para asegurarse una tanda de cachorros, la maternidad se ha visto atada a: menosprecio, a ese sentimiento de no es para tanto, eso no ha de doler, eso es lo único para lo que servís, de horno microondas, a no darle la menor importancia a las complicaciones que pueden surgir porque la vida de la mujer no vale nada.

¿ Que esto son historias del pasado? No. Menos en esta España mía y nuestra, católica por los cuatro costados, que nos quiere devolver, a costa de un sentimiento más antiguo que la Inquisición, el de que el hombre es quien sabe mejor que nosotras lo que podemos o no podemos hacer. Aquí vamos de camino de el mayor recorte de libertades que un ser humano podría tener. El derecho a la propia salud. La cosa es, que pasen los siglos que pasen, nuestro papel activo, con voz y voto, con poder de decisión en la maternidad, nuestro pensamiento a respecto de ser madres o no, siempre se ve amenazado por el varón, constantemente empeñado en tratarnos como idiotas que no saben hacer la o con un canuto.

Jamás se lo vamos a permitir.

marqués de sade

Propósitos de año nuevo

Sienta bien esto de haber llegado al futuro. Para los historiadores este año tiene el gran aliciente de ser el primer centenario de la Primera Guerra Mundial, algo muy extraño en personas como yo, jóvenes historiadores que no hemos vivido demasiado y tener el primer centenario de algo que hemos estudiado tanto es un poco una novedad. ¡ Cuánto cambió Europa esta guerra! Una guerra cruenta, una guerra que cuando acabó puso a la mentalidad europea en una situación que lamentablemente era equivocada.

Creyeron los europeos del año 1918 (y siguientes) que nada peor les iba a pasar. Habían llegado a un tope, a una línea que ya no tenía continuidad, eran la cima de la montaña. Habían sufrido mucho (haciendo números, murió más gente en la primera guerra que en la segunda) y sus dañadas vidas no veían más allá. Habían visto toda la crudeza que se podía ver, sus casas, sus vidas, sus trabajos, sus familias… nada podía ir más allá. Y sin embargo lo hizo. Los largos años 20, la crisis de los años 30 y el auge de los totalitarismos enseñó que nunca hemos llegado al final. Que la larga estirpe de la maldad humana no conoce límites, ni siquiera después de la Segunda Guerra Mundial.

Mujeres fabricando armas. Ahora las fabricamos de otra forma.
Mujeres fabricando armas. Ahora las fabricamos de otra forma.

Siempre hay un más allá. Siempre hay un poco más de dolor que el ser humano puede perpetuar. Y aquí estamos. En 2014. Con un mundo un poco más cruel que hace 10 años, con un mundo de supervivencia que 100 años después de la Gran Guerra no ha desaparecido. Quizá es esta nuestra Tercera Guerra Mundial. Una guerra sin armas pero con violencia, como una eterna trinchera. ¿ Cuántas mujeres han muerto en España en 2013? ¿ Qué quieren hacer con nuestro cuerpo desde el gobierno? ¿ Qué sucede en el ámbito laboral? ¿ Cuántas mujeres prostituídas en nuestro país por mafias que las esclavizan? ¿ Y el resto del mundo?

A diferencia de 1918, las de 2014 sabemos que la guerra no ha acabado. Que aún va a haber una ostia más para nosotras. El ejemplo más claro es el de la ley del aborto que nuestro estimado gobierno nos quiere imponer. Pensábamos que habíamos conseguido la libertad a la hora de decidir la maternidad, pero no, ostia que te crio. En toda la frente. No sólo nos ponen tras un grupo de células sino que encima, con todo el recochineo del mundo llaman a la ley Ley de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada. Tú atrás. No te vayas a creer que tienes algún tipo de derecho. Es la lucha que nos toca combatir este año. Aunque me temo que habrá muchas más.

¿ Los propósitos para este año? Están claros: seguir luchando por nuestra libertad, nuestro derecho a ser las protagonistas de nuestra vida, cortar las cadenas, las tradiciones estúpidas y todo tipo de creencias que nos enclaustren en los patrones que nos hicieron cuando el mundo era antiguo.

 

Minorías minoritarias

Ante los grandes brazos del heteropatriarcado blanco y católico que ha abrazado nuestra cultura europea desde que se supone que Jesucristo pisó este mundo, los pensamientos libres y la forma de vivir al margen de la familia tradicional de pater familias, esposa mueble e hijos futuros esclavos del sistema, no han tenido lugar.

En este siglo XXI en España vivimos bastante mejor a lo que libertad personal se refiere y podemos existir con bastante tranquilidad. Gozamos de una amplia libertad de opinión, podemos decir lo que sea y tenemos mil canales para hacherlos, podemos vivir nuestra vida sin el miedo al qué dirán y podemos besar a quien queramos.¿ Que eso es una tontería? Os diría que en época de Franco, un beso en la boca, aunque sólo fuera un pico y entre esposos, podía ser denunciado por escándalo público, si alguna persona cercana a aquel momento era un toca cojones de la moralidad más rancia. Pero si esto aún os parece poco, sabed que hace muy poco días, una pareja (chico y chica) musulmana colgó en una red social un beso entre ambos y están ahora a la espera de juicio ellos y el fotógrafo que hizo la foto.

¿ Adónde quiero llegar? Pues quiero llegar a que lo que hoy día nos parece más que normal, corriente y poco escandaloso, aquí en España hace cuatro días que era un delito y que en otros lugares del mundo es castigado con prisión y penas de muerte. Pero parece que hay gente que vive en España que no es consciente de la suerte que tenemos. No voy a dar más vueltas: yo, como feminista, siempre he creído que el colectivo homosexual están muy cercano a nuestras reivindicaciones, porque todos luchamos por una igualdad dentro de algo que es natural y que por ello se nos excluye: estamos en el mismo barco. Pero no entiendo por qué algunos gays se empeñan en creer que las feministas no tenemos razón, que somos unas locas, e insisten en que algunas prácticas actuales son completamente normales, respecto a lo que a la mujer se refiere. ¿ Por qué? ¿ De verdad no sabéis que hace tres días, por el mero hecho de ser gay, os hubieran metido en la cárcel gracias a la ley de vagos y maleantes? ¿ Os cuento las torturas a los gays en los pueblos? ¿ De las burlas? Quizá a muchos de vosotros os hicieron la vida imposible en el instituto, más conocidos como el maricón de la clase.

A ver chicos, tenemos libertad hoy día, pero hace nada, si no eras capaz de formar una familia como esta, ser una mujer de tu casa y someterte a una sociedad heteropatriarcal, no tenías futuro. A ver si nos vamos acordando de esto de vez en cuando antes de perpetuar estereotipos machistas
A ver chicos, tenemos libertad hoy día, pero hace nada, si no eras capaz de formar una familia como esta, ser una mujer de tu casa y someterte a una sociedad heteropatriarcal, no tenías futuro. A ver si nos vamos acordando de esto de vez en cuando antes de perpetuar estereotipos machistas

Seguro que habéis tenido, en algún momento de vuestra vida, la duda de si érais «normales» si lo que os pasaba era «normal». Otros lo habreis tenido más claro pero seguro que en algún momento de vuestra vida os habéis sentido apartados o humillados. ¿ Todo eso ha desaparecido? ¿ Qué os creeis que pasa con las mujeres? Algunos creen que nosotras hemos de querer ser los floreros de ropa cara y  maquillaje impoluto, alegres madres de familia y segundonas ad eternum. Mirad, no entiendo como desde las minorías se puede mofarse de los problemas de otras minorías. ¿ Las mujeres somos minoría? Me temo que no, pero las que nos hemos dado cuenta de que somos algo más que esclavas del hogar, sí somos minoría.

Así que vamos a ayudarnos, vamos a comprendernos y no me toquéis lo que no suena, por favor.

En los Museos de Barcelona (III)

El tercer museo que he visitado estos días es el del deporte, situado al lado de l’Estadi Olímpic. Pensaba que era más pequeño y menos interesante, la verdad, no tenía muchas esperanzas, pero me sorprendí bastante. Es bonito y ameno y tiene muchas cosas de la olimpiada, de la gala de inauguración. Por supuesto la presencia de las mujeres en sus vitrinas podríamos decir que es casi anecdótica.

Se conoce que el que decidió reinaugurar las olimpiadas en la época moderna no estaba muy de acuerdo con que las mujeres jugaran pero que las críticas fueron tantas que pronto rectificó. Con el tiempo las cosas mejoraron pero el deporte no es más que masculino en su parte más famosa: ciclismo, fútbol, motociclismo, fórmula uno, baloncesto… ¿ hay mujeres famosas en ellos? En la otra cara: tenis, atletismo, natación, gimnasia artística.

Es un lugar donde se da una cuenta rápido de cómo funciona el deporte y de qué importa a la sociedad en su mayoría. Da un poco de pena, no lo negaré. Porque es como si hubiera algo, una razón que no conocemos por la que el papel de la mujer en el deporte no tiene tanto peso. Sabemos que es más importante que Neymar no salga de titutar ante el Málaga que Belmonte haya ganado varias medallas en natación, deporte por el que España nunca ha destacado, cosa que aún debería ensalzar más aún sus logros. Os dejo algunas fotos:

Tiro con arco. Primeras olimpiadas.
Tiro con arco. Primeras olimpiadas.
Mujeres participants de los primeros juegos.
Mujeres participants de los primeros juegos.
Aquellos trajes de baño.
Aquellos trajes de baño.
Lucha
Lucha
Entrenando.
Entrenando.
Floreros.
Floreros.

El mundo (manido) de Sofía

Me lo compré por su fama y porque siempre hubo quien me lo recomendó. Pero ayer lo terminé y no puedo estar más decepcionada.

En primer lugar me parecieron tediosas las explicaciones filosóficas sobre las corrientes y los filósofos. Algunos de ellos los pasé sin leer de lo soporífero que me resultaba. En segundo lugar, la historia en sí es plana y sin sorpresas, como el famoso mal final de Lost, en el que todo era un sueño, te da la impresión de que el escritor no se quiso liar mucho la cabeza a la hora de inventar la historia. Y tercero, la pretensión de hacernos pensar con lo ocurrido, es más que predecible. Así que no, no me ha hecho pensar, porque desde el principio supe lo que la vida de Sofía iba a intentar ser para el lector.

Yo no os lo recomiendo, sinceramente. Porque si os gusta mucho la filosofía se os hará redundante y si no os interesa la filosofía, os parecerá insoportable. Y para aquellos que de repente sientan la necesidad de acercarse a la filosofía, creo que hay manuales que os harán más amenos el aprendizaje.

A parte de esto, el libro no es más que el paseo entre la Historia del pensamiento humano, por no decir por el pensamiento del hombre como ser con pene. Entre lo patético y lo genial, este recorrido es la visión única de una parte del mundo que ha negado completamente a la otra. Y esto no lo digo por el libro, obviamente no es más que el testimonio de lo que ha sucedido hasta día de hoy. Lo digo por la realidad, que nos ha acompañado hasta el día de hoy. Porque dicen que la Historia la escriben los ganadores, pero no es así: la Historia la escriben los hombres. No sé si esto dentro de cien años será diferente, pero a día de hoy no hay más cera que la que arde.

Pasar las páginas de la Historia, ya sea en arte, filosofía o Historia pura y dura, es hablar de los hombres en su pensamiento, obra y actitud. Nada que se pueda tocar en el mundo de hoy ha sido construido contando con la participación de las mujeres. En este caso concreto, el del pensamiento, no puedes más que darte contra un muro al ver que ninguna teoría ha sido formulada por una mujer y menos aún ratificada por un hombre. La Historia de la Filosofía considera a la mujer un hombre mutilado, imperfecto, que ha de ser callado por todos los medios y cuya opinión no importa.

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Pasan los siglos y desde los antiguos griegos que nos ven como seres extraños, pasando por nuestro querido cristianismo más católico y llegando hasta hace dos días, como quien dice, el mundo es una imagen vista y proyectada por ellos, como si tras una pelea, solo te contaran la versión del que ha agredido sin opción alguna de esperar una respuesta del otro contrario. Y haciendo justicia divina la filosofía única que se admite a la mujer es el feminismo. Creado por ellas, el feminismo es la única corriente que nos pertenece en cuerpo y alma. Pero es una filosofía que asusta a los hombres y que apartan de vil manera, dejando que sean las cuatro locas.

Porque la mujer que piensa no ha interesado nunca al hombre, dejar que el pensamiento libre adentre en ella es que el esclavo tome conciencia de su ser y su libertad. El feminismo nos define como ser ante el hombre que ha intentado ponernos bajo él. Y es tal la presión que se ha ejercido sobre nosotras que no es una corriente filosófica diferente, sino una ruptura total de la forma de vivir que nos ha acompañado desde hace siglos. El feminismo intenta dar alas a una parte de la población, asfixiada por el patriarcado. Mientras ellos han debatido sobre la relación del hombre con la naturaleza, ante Dios y ante el destino, ha dejado a la mujer en la esfera de lo doméstico, desprovista de alma y sentimientos, mientras se encarga del hogar. Mientras los hombres tienen capacidad para vivir metafísicamente, la mujer ha desconocido la capacidad de su propia razón mientras se le ha obligado a cuidar el hogar.

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Por eso el feminismo no es una filosofía cualquiera: es una filosofía liberadora que nos sitúa al otro lado de otro ser humano. Nada de Dios, nada de destino: las mujeres no nos preguntamos eso. Nosotras nos hemos preguntado por qué no podemos estar en igualdad con el hombre, ser compañera y no esclava, por qué se nos han negado derechos fundamentales a la vida humana. El feminismo no le pregunta a un Dios que no contestará jamás, pregunta al que tiene al lado por qué nos han hecho ser las bayetas de la humanidad en lugar de una pieza clave. Y como todo, eso incomoda al hombre, asombrado de que su utensilio de cocina hable.

Pensemos con libertad, autonomía y coherencia. Pensemos siempre.

Feminismo radical para rebeldes sin causa (IV)

Hay una frase sobre el feudalismo que me viene a la mente una y otra vez: «los hombros del campesino soportaban la gran carga feudal» en referencia a que es el campesino el que con su trabajo paga los grandes tributos y caprichos de la incipiente monarquía europea. Esta frase siempre me ha considerado otra idea: porque el campesino podía soportar la gran carga feudal pero me parece, que la que estaba debajo de todo, es y ha sido siempre, la mujer.

Debajo de un campesino siempre había una mujer que lo pasaba peor, porque además de todo, era la que hacía las cosas en la casa, la que cuidaba de los críos, la que cada mes sufriría los dolores de regla en silencio. La que cuando encima de todo iba a misa el cura de recordaba sin cesar que ella era la mala de la creación y que la humanidad sufría porque no supo no comerse una manzana.

A partir de ahí una idea peregrina me asalta la cabeza: el esclavismo. Siglos y siglos de esclavismo y semi esclavismo en Europa que acabaron en el siglo XIX. Sé que alguien puede pensar que ahora somos también un poco esclavos y que ciertas leyes no nos favorecen en absoluto, pero yo soy de la idea de que sí, que el esclavismo existe, pero se ha camuflado de otra manera.

El esclavismo desde mitad del siglo XIX se orientó en una dirección bien clara: la necesidad de que la casa y la prole estuviera bien atendida. Nada mejor que domésticas en condiciones infra humanas, que servicio 24 horas que lo hiciera todo por dos míseros duros, muy bien justificados por la mala situación económica europea. Sirvientes. Un trabajo que no me parece indigno: más indignos son los que necesitan de sirvientes y necesitan de estar por encima de ellos para considerarse importantes.

El siglo XX cambió esta jerarquía tan decimonónica, gracias a un par de guerras y a la modernidad imparable de los vientos frescos que nos sacudían. La servidumbre quedó para las grandes, grandes familias con inmensas posesiones y maravillas de la ciencia, apareció la clase media, tal y como la conocemos hoy día. Una clase media que sin clasismos de ningún tipo se divide en baja, media y alta. A ella llegaron personas procedentes de otras clases: de la baja, personas que prosperaron, de la alta, personas que calleron en desgracia y de entre la clase media, también se intercambiaron papeles.

Lo triste de la clase media es que normalmente se quiere saltar al siguiente escalón. Pero no por unas ganas sanas de mejorar tu vida sino por la demoníaca sensación de querer ser más que los demás. ¿ Y qué forma más rápida y fácil que ser el dueño de alguien? Alguien que te pertenezca, que te haga la comida, que te de las zapatillas cuando llegas, que te planche la ropa, que te lo de todo, que te idolatre. Pero para entonces la esclavitud está prohibida y pagar una sirvienta 24 horas queda fuera de la economía de la clase media. ¿ Cómo conseguir esto? Muy sencillo: pon un ama de casa en tu vida.

Siempre he considerado que la necesidad de muchos hombres de que la mujer esté en casa es por su egoismo de: tener alguien a su servicio, estar por encima de alguien y poderle mandar. Las incansables campañas en contra de la mujer, en pro de su lugar en el hogar, dándole consejos (más bien órdenes) de cómo tratar a su marido, de ser su fiel perrita faldera y postergar sus deseos de persona adulta para nunca, es lo más cercano a una esclava que nos podamos imaginar.

¿ No creéis que la política que se está perpetuando en la España de 2012 mucho tiene que ver con la franquista de la sección femenina? Mucho me temo que sí. Se están haciendo leyes para joder más a la mujer y poner más difícil su acceso a un empleo como Dios manda, intentando devolverla a la cocina de la que nunca debió salir.

Tener una mujer que se te quede en casa es lo más cercano a un esclavo para la socorrida clase media, para esos hombres que se creen los amos del universo, incapaces de plantarle cara a su jefe pero muy capaces de gritarle a la esposa si la cena no le gusta.

Esa es la esclavitud del siglo XXI.

Feminismo para principiantes: Lilith, o la historia que no nos contaron

En la cultura occidental en general, tan enraizada aún en los preceptos del cristianismo, no es extraño que en algún momento de nuestras vidas, preferentemente en la infancia, nos hayamos topado con el mito de la Creación y dos extraños personajes llamados Adán y Eva: ni más ni menos que los primeros habitantes del Paraíso y padres de la Humanidad.

 En un post anterior, Laura ya nos habló de Eva como la primera mujer, creada por Dios a partir de una de las costillas de Adán para entretenerle, obedecerle y en definitiva, hacerle más llevadera la soledad en el vergel divino. Sin embargo, tanto en el relato bíblico del Génesis como en algunos pasajes de la tradición hebrea, existen “vacíos” o “silencios”, si se quiere, que ponen de manifiesto que antes de Eva existió otra “primera” mujer. Empecemos por el comienzo:

Génesis 1 27. «Y Dios creó al hombre a su imagen y semejanza; lo creó a la imagen de Dios, los creó varón y mujer.

28. Y los bendijo, (…).»

 Este fragmento ha sido muy utilizado por las diversas Iglesias cristianas para afirmar que su credo ya desde el principio considera a hombre y mujer como seres iguales. Con la pequeña salvedad que estos “universales” versículos no están precisamente referidos a la primera mujer “oficial”, Eva, sino a nuestra protagonista de hoy, una tal Lilith. Y es que según la tradición hebrea, así se llamó la mujer que fue creada por Yahvé para ser la primera esposa de Adán, con la misma materia -arcilla o polvo de la tierra- que utilizó para dar vida a éste.

 Lilith era hermosa, vital, risueña, reflexiva y… libre. Gustaba de divertirse y reír con Adán, aunque éste quedaba muchas veces desconcertado ante el desafío que le suponía a diario convivir con esta mujer: ¡le costaba mucho hacerse obedecer! Por ejemplo, no soportaba que cada vez que la pareja quería hacer el amor, ella siempre le estuviera discutiendo la postura que debían adoptar ¡se negaba a ponerse debajo de él! Ella argumentaba que si habían sido creados iguales, no podía haber jerarquías entre ellos, empezando por el coito. El caso es que Adán comenzó a perder la paciencia con su compañera y un día, ella misma se dirigió a Yahvé para que Adán dejara de agobiarla. Durante la conversación, dice la tradición hebrea que Lilith consiguió engañar al propio Dios con sus artes de seducción y averiguar así el verdadero nombre de la divinidad. En algunas versiones se dice que al pronunciarlo en alto le crecieron unas alas y Lilith escapó del Edén para vivir sola y libre. En otras, que abandonó por su propio pie el Paraíso dejándole todo a Adán, incluso la hoja de parra que había tapado parte de su desnudez, de la que ella se sentía orgullosa. También, que al pronunciar el nombre oculto de Dios se convirtió en una especie de vampiresa y se exilió en una cueva cerca del Mar Rojo para convivir con entes demoníacos.

 Sea como fuere Adán se quedó más solo que la una en el Edén y obviamente, comenzó a echar mucho de menos a su compañera de vivencias. Dios debió quedar bien harto de las quejas y lamentaciones de Adán, así que trató de hacer volver a Lilith enviando tres ángeles a buscarla. Ella obviamente se negó, y Dios hubo de considerar crear otra mujer para que Adán levantara cabeza. Así pues:

 Génesis 1 18. Después dijo el Señor Dios: «No conviene que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada». (…), con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre.

23. El hombre exclamó: ¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre».

 Pero como vimos con Laura, hasta Eva, que fue creada especialmente para obedecer a Dios y al primer hombre, cayó en la tentación de la Serpiente, porque como bien se encargaron de enfatizar todas las grandes religiones monoteístas, ninguna mujer es “buena” por lo que es conveniente mantenerlas siempre bien vigiladas.

 En cuanto a Lilith, tenida como ejemplo a seguir por gran parte de corrientes feministas, ya vimos cómo eligió seguir su propio camino y convicciones por encima de todo lo que se esperaba de una esposa al uso. A cambio, la tradición hebrea la convirtió para la posteridad en un demonio lascivo que no sólo se apareaba con otros monstruos sino que por las noches robaba semen a los hombres mientras dormían para engendrar nuevos diablos. Y al estilo de los “lahmias” medievales, en aquella época también se llegó a resaltar que Lilith se regocijaba robando o asesinando bebés durante sus primeros días de vida.

 Así que si según estos mitos Eva pasó a la Historia como una traidora, a Lilith se la borró directamente, por no contribuir más  a que en las mujeres se expandieran ideas tan “subversivas”.

 ¿Acaso Lilith no es un buen ejemplo de cómo en muchas ocasiones han querido “pintarnos” a las feministas? 😉

Iris Rodríguez Alcaide

Feminismo para principiantes: una manzana y un jarrón o la triste historia de Eva y Pandora

Al principio era la oscuridad y Dios separó la luz de las tinieblas. Y luego se creó el día y la noche, los animalitos, los ríos y las montañas y más adelante creó al hombre. Hombre señor, no hombre señora. El hombre. Como no quería Dios que estuviera solo, le creó una compañera, una tal Eva, a la que hizo a partir de una de sus costillas (según la versión oficial, porque hay otras, ya hablaremos).

Esta historieta nos la han contado desde nuestra más tierna infancia y si luego hemos hecho la comunión, pues más aún en la catequesis. Y hasta aquí ya tenemos toda la historia de la humanidad cristiana: la mujer se forma del hombre, es una parte de él, sacada, arrancada, que se formó para él, porque es de él, porque le pertenece. Fantástico. De ahí la base de esa posesión del hombre sobre la mujer. Somos su eterna esclava.

Y ahora creo que no hace falta que os cuente lo que ha hecho con la mujer nuestra amada Iglesia Católica desde que el mundo es mundo: nos han ninguneado, eliminado derechos, obligado al analfabetismo y a estar en casa, con la pata quebrada, pariendo hijos.

Pero aún hay más: la mujer es creada del hombre pero la mujer es también la causante de todos los males del mundo. Si no fuera porque Eva mordió la manzana estaríamos todos tan ricamente en el Edén. Pero no, ella la mordió, ella desobedeció, fue la malvada que cayó en la tentación y marcó la perdición del mundo. Y eso ya fue nuestra condenación eterna. Parimos con dolor, una gran tragedia (pero no os hagáis mala sangre, eso es por una cosa biológica que ya os contaré) y no vivimos entre las praderas más verdes ni nadamos en cristalinas fuentes. Ahora nos ganamos el pan con el sudor de nuestra frente: todo porque ella mordió la manzana.

Con estas dos preciosas historietas la Iglesia Católica ya nos ha crucificado durante toda la Historia: somos un apéndice del hombre y además, la pecadora original. Con esto nos han mareado toda la vida, echando sobre nosotras mierda y más mierda, diciendo que somos el demonio, que somos las malas de la película, que no se nos puede dejar solas ni confiar en nosotras porque mordimos la manzana. Desobedecimos.

Y me pregunto yo: ¿ si fue Eva la que mordió, por qué Dios no dejó que los hombres se quedaran en el paraíso y nos hubiera expulsado a nosotras solas?

En otro tiempo hubo otra. Una tal Pandora. Un regalo de los Dioses griegos a Epimeteo, hermano de Prometeo, aquel que había robado el fuego a los Dioses. Según la tradición mitológica griega, los hombres estaban tan ricamente hasta que llegó Pandora. Los dioses le habían dado una caja, cerrada, que le dijeron que no abriera. Pero la abrió (vaya, la desobedencia de la mujer) y de ella salieron todos los males. Cuando Pandora se dio cuenta la cerró, pudiendo salvar solo la esperanza, que se quedó guardadita. Un segundo mito dice que no salieron todos los males, sino que la caja llevaba todos los bienes del mundo y que Pandora al abrirla, los liberó y el único bien que se quedó en la tierra fue la esperanza.

Sea como fuera ambos mitos insisten en que la mujer es la que desobecede y que por ella, sean los males o los bienes, el mundo se transforma. Realmente que lo que se escaparan fueran los bienens es una versión muy poco común.

¿ Qué sacamos de estas dos historias tan arraigadas en nuestra cultura?

  • Que las mujeres son las malas.
  • Que se vivía mejor sin nostras.
  • Que traemos el mal a la tierra.
  • Que por nuestra culpa los hombres son infelices.
  • Que es mejor tenernos atadas.
  • Que no podemos soportar nuestra curiosidad.
  • Que desde el principio de los tiempos la mujer ya ha sido la mala.
  • Que los hombres son tan bueno que nunca hacen nada malo.